Cuando conocí las oposiciones de ADIF, me di cuenta de la poquísima información que hay y lo difícil que iba a ser prepararme sola. Buscando por Internet, encontré “Oposiciones Técnico Ferroviario” y desde el primer contacto me dieron una muy buena sensación.
El curso es duro, pero merece la pena. En mi caso, he simultaneado la oposición con trabajo y, gracias a la academia, he podido aprovechar al máximo el poco tiempo que tenía para estudiar.
Puedes seguir las clases de forma presencial en Madrid, pero también, te dan la opción de verlas a través de YouTube, tanto en directo como en diferido. Creo que este punto es algo que les diferencia porque no te pierdes ninguna clase y, además, las puedes ver posteriormente para repasar.
Durante el curso te dan monográficos de los temas, esquemas (muy útiles para los plazos y los organigramas), y un montón de tests de cada tema. Se hacen también varios simulacros de examen, de modo que vas viendo qué tal vas, en dónde fallas más, etc., y así puedes ir corrigiendo esas carencias antes del examen.
Todo el equipo ha sido opositor y eso se nota, acompañándonos como quien dice de la mano durante todo el proceso, dándonos ánimos, informándonos de todas las novedades, resolviendo dudas…
Aún recuerdo la primera clase de introducción y sus diapositivas con estadísticas de presentados y aprobados de años anteriores. Tal y como nos dijeron, que no os asusten los miles de presentados, ya que muchos ni se llegan a presentar al examen y, de los que se presentan, no todos van igual de bien preparados como nosotros.
Con su ayuda y mucho esfuerzo, he conseguido mi plaza de Técnico a la primera. ¡Los recomendaré siempre!